que parte de la premisa de sumar a lo existente nuevas formas de pensamiento y acciones, que propongan posibilidades innovadoras mediante un lenguaje que exprese potencia, inclusión y fortalecimiento de los actores sociales partícipes de los conflictos.
Dentro de la sociedad, las diferencias resultantes de las disputas dadas en el marco de un paradigma confrontativo, suelen generar relaciones de dominio o sumisión que ocasionan la fractura de los lazos sociales, ya que coloca solo a una de las partes del lado de la verdad, excluyendo al otro sin reconocerlo.
Pero lo cierto es que desde que estamos en el mundo vivimos entre otros seres y nada de lo que hagamos queda al margen de la trama que nos vincula a ellos y a la vida misma. Tomar conciencia de ello implica asumir la responsabilidad y, por ende, las consecuencias de nuestros actos, entendiendo que todo comportamiento produce efectos y consecuencias en el otro y en el entorno.
Desde este lugar, la mediación rompe este paradigma confrontativo para lograr el reconocimiento de las diferencias, entendidas desde la coexistencia de identidades que se reconocen mutuamente, dependen saludablemente una de otra y, a la vez, son autónomas.
Entendemos a la mediación como una práctica inclusiva que opera en el marco de un paradigma amoroso que favorece la flexibilidad y con ello inspira la creatividad, permitiéndonos recrear la memoria hacia un futuro pleno de sentido.
Creemos que la mediación constituye un medio valioso que acompaña la evolución del nuevo paradigma del ejercicio de la profesión del abogado, facilitando la comunicación entre las partes en su búsqueda de soluciones.
En el amplio universo de la mediación, las partes cuentan con la posibilidad de designar al mediador que consideran adecuado para favorecer el diálogo y la búsqueda de dichas soluciones.
Específicamente, en la jurisdicción de la Capital Federal, la ley le posibilita a usted proponer al mediador para dar curso a un proceso de mediación prejudicial obligatoria con designación privada del mediador.